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ODA A LA SABINA

En pleno sabinar de El Bonillo, un bosque de árboles protegidos, se encuentran las 2.000 hectáreas de Pago Guijoso. 2000 años de sabinas marcan nuestra historia. Majestuosos árboles característicos de estas tierras que cobijan bajo su sombra y nunca pierden ese dulce aroma que desprenden, que parecen danzar por los verdes campos en donde el viento azota, con el fin de ofrecer a los ojos bellísimos paisajes.

La sabina es uno de los árboles más protegidos de Europa, con una madera tan exquisita que no le afecta ni la carcoma. Utilizada históricamente para hacer barcos de guerra, en Pago Guijoso las hay milenarias. Y su madera, en tablas, se usa en esta casa para curar el queso manchego.

Nunca se pierde su aroma.

¡Abrazarla! Oler su maravillosa madera es impregnarte de vida. Con su impetuosa semblanza sabe como dejar que transcurra el tiempo, dominando siempre el secano campo donde la vida nunca sucede indiferente.

Allí permanecerá quieta ante las adversidades del tiempo, sabiendo como ellas solo saben, y enseñando al que tenga la paciencia de escucharlas.

Sabe bien La Sabina…